Navegar entre Trolls y desinformación

De unos días para acá la palabra troll o trol se ha vuelto tendencia, gracias a las acusaciones en contra de la Ministra de Salud.

¿Qué es un troll?

Es un usuario de redes sociales, creado para provocar «ruido», o sea, que con comentarios provocativos busca que las personas reaccionen de manera emocional, creando polémica y buscando polarización. La idea es que las personas se desvíen del tema original y se le reste importancia.

Muchas personas crean perfiles falsos para hacer comentarios ofensivos, pero no califican como trolls.

¿Cómo detectarlos?

1- Tratan de crear discusiones que no tienen que ver con el tema central o noticia.
2- Ignoran los comentarios que no les convienen, como cuando les prueban estar en un error.
3- Contestan comentarios con memes o imágenes, con el fin de molestar a las personas con quienes discuten.
4- Siempre buscan desestabilizar a las personas, y dependiendo de su objetivo, buscarán ganar aliados para sus intereses.

Existen muchos tipos de trolls: están los que buscan desacreditar empresas, candidatos, artistas, etc.; por otra parte, hay quienes buscan más bien, ganar adeptos para sus objetivos.

Según la clasificación conocida existen:

• Trolls sádicos: Buscan humillar y hacer daño, atacan a la persona pretendiendo que los demás hagan lo mismo. No tienen un argumento válido.
  
• Trolls vampiro: Son los ciberacosadores y son de los más peligrosos; persiguen a la víctima y la atacan. Su objetivo es intimidar a la víctima y hacer que otros la ataquen también.
  
• Trolls zombies: Son los que hablan siempre sobre el mismo tema, repiten lo mismo en todos los foros.
  
• Trolls disruptivos: Interrumpen las conversaciones con imágenes o frases que nada tienen que ver con el tema central.
  
• Trolls eruditos: Estos tratan de demostrar sus conocimientos dejando claro que son superiores a los demás. Usan léxico rebuscado, y aunque no tengan razón, tratan de aportar datos y «estudios» para confundir. Terminan los comentarios con frases como «hay que leer más» o «infórmate mejor».
  
• Haters: De los mas conocidos en Internet. Siempre van a tener una opinión hiriente, van a querer molestar, hacer sentir mal y humillar a su víctima.
  
• Troll «buscafollows»: Generan ruido y controversia según sea el tema para lograr obtener nuevos seguidores. Hablarán del tema con gran seguridad para buscar que le den la razón y así lograr su objetivo.
  
• Trolls suplantadores de identidad: Estos se hacen pasar por la otra persona, crean perfiles falsos, engañan a los contactos haciéndose pasar por la víctima. Algunas veces pueden pedir dinero, pedir fotografías comprometedoras, y luego extorsionan a esas personas. Su labor es en dos vías: hacer quedar mal al titular real del perfil y humillar públicamente a quienes logra engañar.
  
  Por mencionar algunos.

¿Cómo combatirlos?

Lo mejor y más sencillo en muchos casos es ignorarlos, pero dependiendo del tipo de troll, si ya llega a considerarse ciberacoso o se configura un delito cibernético, se puede denunciar en la red social y ante las autoridades.

Es importante que a la hora de navegar en Internet, ya sea en redes sociales o buscadores, tengamos claro que no todo lo que ahí aparece o se dice es cierto. Muchos confían en lo que leen y lo dan por cierto sin verificar sus fuentes; ya para este momento, nosotros como usuarios debemos tener el suficiente conocimiento y la malicia para saber discernir una publicación real de una «fake» o falsa.

La desinformación es un problema que viene creciendo y nos afecta a todos. Es increíble que no solo tengamos que luchar contra ciberdelincuentes sino que ahora también los políticos hagan uso de los «servicios» de estos trolls para lograr escalar o polarizar a la población.

No quiero pecar de inocente, se sabe que muchas organizaciones usan este tipo de figuras para aumentar su tráfico, lograr posicionamiento en redes y foros y hacer ruido para ciertos temas, pero lo que me parece inaudito es que sean personas del mismo gobierno que haga uso de estos. Se invierten millones de colones en campañas de concientización y prevención para que la gente «no coma cuento», y que ahora también tengamos desinformación patrocinada por los que se supone deberían dar el ejemplo, es el colmo.

Creo que es hora de que las redes sociales sean más estrictas con sus usuarios, no se trata de atentar contra la libertad de expresión, es poner límites a estas personas inescrupulosas que cobran por desinformar y aún más con quienes pagan.

Por otra parte, es importante que la ley se haga cumplir, recordemos que en Costa Rica la ley de Delitos informáticos en el artículo 230 nos dice:

– Suplantación de identidad: Será sancionado con pena de prisión de tres a seis años quien suplante la identidad de una persona en cualquier red social, sitio de Internet, medio electrónico o tecnológico de información. La misma pena se le impondrá a quien, utilizando una identidad falsa o inexistente, cause perjuicio a un tercero.

La pena será de cuatro a ocho años de prisión si con las conductas anteriores se causa un perjuicio a una persona menor de edad o incapaz.

Y en el artículo 236 se nos dice:

– Difusión de información falsa

Será sancionado con pena de tres a seis años de prisión quien, a través de medios electrónicos, informáticos, o mediante un sistema de telecomunicaciones, propague o difunda noticias o hechos falsos capaces de distorsionar o causar perjuicio a la seguridad y estabilidad del sistema financiero o de sus usuarios.«

Para concluir, creo que todos debemos construir un ciberespacio más seguro; debemos estar atentos ante las noticias falsas, tener una actitud activa frente a lo que le dice el medio de información, no asuma que es cierto todo lo que lee.

Verifique qué tan fidedigna es la fuente, consulte los datos con un experto.

Y como recomendación final: siempre dude. Traslade su desconfianza de la vida real al mundo virtual.

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