a boy leaning on a chair

El 9 de setiembre es un día que se celebra con muchos cantos, juegos y regalos para muchos niños, incluso a nivel escolar, se realizan actos especiales.

¿Quién en su sano juicio no quisiera celebrar a estas personitas un día tan lindo para ellos?

Pero, ¿qué hay de los demás días?

¿Qué pasa con los niños que son víctimas del bullying y que cada día de clases es una tortura?

¿Qué pasa con los estudiantes que no cuentan con los recursos para estudiar en igualdad de condiciones?

¿Qué pasa con la falta de empatía para los niños con capacidades diferentes, donde la adecuación no es suficiente?

¿Qué pasa con los niños que sufren de abuso por sus familiares y no encuentran una protección real en los entes encargados?

Costa Rica es el segundo país en Latinoamérica donde existe una gran cantidad de bullying en centros educativos, ya que el 50% de los escolares y colegiales son intimidados en algún momento, según un estudio realizado en el 2015 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

A su vez el Ministerio de Educación Pública (MEP) reportó que, al corte del 30 de marzo, el curso lectivo 2022 acumula un total de 71 casos de violencia entre estudiantes.

Es muy bonito festejar un día especial, pero en el caso de nuestros niños, la infancia debería ser un tiempo de cuidado, de enseñanza, en el que TODOS, incluidas las personas que no tienen hijos, deberían ser garantes de sus derechos.

El flagelo por el que pasan muchos niños es bien conocido, basta ver las estadísticas para que se enciendan las alarmas y dejemos de creer que es algo pasajero y que se resolverá solo.

En este día en que muchos recordamos nuestra infancia, aprovecho para llamar a la reflexión, no necesitamos que sean millones de niños los que sufren, basta ver una sola carita con lágrimas en sus mejillas para que nos preguntemos ¿qué puedo hacer?, ¿cómo puedo ayudar?.

En la charlas que he impartido es tan doloroso ver cómo niños con crisis de ansiedad, ataques de pánico, etc. se acercan a contar lo que viven y cómo se sienten impotentes ante la inacción o poco conocimiento del tema por parte de los adultos que los rodean.

Es importante que este tema se aborde de una manera integral y que tanto el MEP como otras instituciones, trabajen en sinergia para buscar soluciones a esta problemática. Yo como siempre me encuentro en entera disposición para aportar mi granito de arena.

Ojalá pronto podamos decir FELIZ DIA DEL NIÑO LIBRE DE BULLYING!


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